~ Mil Formas De Violar a Harry Styles ~

Me encontraba tirada sobre aquél extraño suelo de textura aterciopelada. Me daba cosquillas y por algún motivo que no entendía bien, eso provocó que me riera como una imbécil. Comencé a mover mis brazos y piernas, juntándolos y separándolos una y otra vez.

-¡¿Qué narices haces,Laura?! -escuché que me gritaba una voz conocida. Si, era mi amiga Isa.
-Un angel de nieve -respondí riendo fuertemente.
-Pero si aqui no hay nieve - golpeando su frente con frustación. No se veia nada bien, llevababa el pelo alborotado y sobre él una diadema de piedras falsas torcida hacia la derecha, y todo el maquillaje corrido.
-Bueno, bueno ¿por qué estás tan molesta?- pregunté
-¿No recuerdas nada? ¡nos emborrachamos con ositos de goma en wisky! Apostamos nuestro puto dinero y perdimos todo, ¡todo! -gritó sacudiendome por los hombros freneticamente-¿ahora como mierda volveremos a casa?
-Disculpen señoritas, pero deben retirarse -nos avisó el encargado del casino. Por las ventanas pude ver que ya era de día.

Salimos del lugar y a pocos metros habia una playa, así que comenzamos a caminar por allí mientras discutíamos la mejor opción para regresar desde New Jersey hasta nuestro hogar. Comenzaba a atardecer y aún no encontrábamos nada convincente; comenzábamos a desesperarnos cuando escuchamos varios silbidos de admiración y miramos hacia el mar. De allí salía un joven nada feo. Bueno ¡joder! era como para violárselo: cabello castaño oscuro, piel de porcelana, ojos verdes y un cuerpo delgado y bien formado. Miles de gotas cristalinas recorrían su cuerpo, su pecho, bajando por su abdomen hasta perderse en el elástico de su bañador, el cual por cierto se adhería demasiado a aquella parte de su anatomía.

Isa y yo nos miramos al mismo tiempo, y supe que el mismo pensamiento había cruzado por nuestras mentes perversas.