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El corto viaje de los peregrinos
{Web Novelas} :: CELEBRIDADES :: INGLATERRA :: One Direction
Página 1 de 1.
El corto viaje de los peregrinos
Tu eres ___ Vazquez, has tenido una experiencia amorosa no tan terrible pero aun asi dolorosa, y para desquitarte escribes en tu diario todos los dias. Tu historia es contada por ti misma. Espero que les guste mi nove, aunque no sea de 1D quiza vaya integrando a los chicos de la banda en mi historia, todo depende si ustedes comentan... saludos!!!
Marti1913- Mensajes : 49
Reputación : 1
Fecha de inscripción : 23/07/2012
Re: El corto viaje de los peregrinos
Septiemre 12 Querido diario:
Me pasó una vez, pero jamás volverá a ocurrir. Sinceramente, estoy cansada de los hombres de este mundo: arrogantes, mentirosos, que aparentan ser lo que no son. Por eso decidí comenzar mi travesía por la vía láctea para buscar al hombre indicado, alguien que no sea como todos los demás. Si los que viven en la Tierra no me saben valorar, debe haber por lo menos otro planeta donde haya alguien especial, perfecto para mí.
Todo comenzó cuando lo vi en el parque. Tenía un hermoso cabello castaño, rizado hasta la nuca; unos ojos sinceros, con una mirada penetrante, pero a la vez dulce y tierna. Tenía la nariz respingada y la tez morena; me tenía completamente loca. El punto es que su físico me tenía totalmente enamorada, congelada hasta los huesos; hasta que me habló.
-Hola –me dijo en un tono coqueto. Solté una risita tontamente nerviosa, lo cual no debí haber hecho, ya que no éramos los únicos presentes y había mucha gente en el pasto, sentada, pero con sus miradas viéndonos fijamente. –Hola… -respondí tímidamente al chico que acababa de conocer y ya me tenía a sus pies. Pero mi embobada sonrisa se borró de mi rostro en cuanto me dijo: -Estás en mi camino, córrete.- Empujándome levemente, pasó a mi lado y siguió su camino. Sus duras palabras me dejaron atónita, sorprendida por su bipolaridad. Primero parecía el chico perfecto, pero es muy difícil descubrir si lo es en verdad; sin embargo, con él fue fácil averiguarlo. No lo era.
Ahora vivo en plena soledad, en un departamento que pronto venderé para emprender mi viaje. En mis 24 años de vida, el día en el cual más aprendí fue en el cual lo conocí, y aunque no me fue fácil olvidarlo, hoy ya lo he conseguido.
Septiembre 29 Querido diario:
Así que entré en mi habitación y me subí a una silla que estaba al lado del ventanal, extendí mi brazo hacia arriba e introduje mi mano entre los recuerdos llenos de polvo que se encontraban en la parte superior de mi armario. Saqué de ahí una maleta que, a pesar de los años que llevaba ahí, se encontraba en perfecto estado, claro que, igual que todo lo demás que se encontraba allí, estaba cubierta de polvo. Bajé cuidadosamente de la silla con la maleta en la mano, y luego la puse sobre mi cama. La abrí y para mi sorpresa, había en ella un libro que parecía bastante antiguo. Se titulaba “El Peregrino”. Empecé a ojear las primeras páginas y llegué a la conclusión de que había sido de mi padre, al igual que la maleta donde el libro se encontraba.
Al leer el nombre del autor, vino a mi cabeza un leve recuerdo. Ya había oído ese nombre antes, estaba segura. De todas formas, no le di importancia y volví a guardar el libro donde estaba. Saqué todas mis cosas del armario y las coloqué rápidamente en la valija, hasta que mi habitación quedó casi totalmente vacía; solo estaba mi cama, las cortinas del ventanal y el armario, sin nada dentro. Entonces cerré forzadamente el gran bolso, lo tomé y salí de mi cuarto. Entré a la cocina, donde ya no quedaba ni siquiera un plato que fuera mío, ya que me había dedicado el día anterior a ordenar y sacar todas mis cosas de ahí. Saqué la última fruta que quedaba, y me la comí.
Luego recogí nuevamente mi vieja maleta, la cual había dejado tirada en el pasillo. Salí de mi departamento, bajé en el ascensor y me despedí del conserje, que muy amablemente todos los días me saludaba. Él siempre me había recordado a mi padre, ya que tenían una edad bastante parecida y la misma sonrisa. Le llamó la atención lo cargada que estaba, así que me preguntó:
-¿Adónde va con esa enorme maleta, señorita Vázquez? ¿Se va a mudar a una casa más grande? –dijo en un tono amable, como siempre. –No me cambiaré de casa, señor López, sino de planeta-, le dije, a lo que se quedó mudo y muy sorprendido. No pude hacer más que suspirar e irme, bastante triste. Iba a extrañarlo mucho, pero ya no había vuelta atrás. Mi departamento iba a ser vendido en una semana más. Volví a suspirar, parándome frente a la entrada del estacionamiento, donde se encontraban alrededor de cuarenta autos, entre ellos el mío: azul, pequeño, bajo, pero perfecto para mí, ya que yo no necesitaba llevar a nadie más que a mí misma en él. Coloqué mis cosas en el asiento de copiloto y luego me senté en el vehículo.
Arranqué el motor y, sin despedirme de nadie, salí del estacionamiento, luego de la ciudad, hasta que, luego de varias horas manejando, también dejé el país. Era primera vez que viajaba a algún lugar que no fuera dentro de Chile, mi lugar natal, así que supongo que las mariposas que sentía en mi estómago no estaban fuera de lo normal. De repente sentí unas urgentes ganas de ir al baño, así que paré en una bencinera para así también aprovechar de cargar algo de bencina para lo que quedaba del viaje. Bajé del automóvil y saqué algo de dinero para pagarlo, mientras un muchacho se acercaba para atenderme.
-Hola, ¿cuánto quiere recargar? –me preguntó. –Veamos… Tengo quince mil pesos –le contesté. Él procedió a hacer su trabajo, en cuanto yo me dirigí hacia un baño que había cerca de allí. Al volver, el chico aún no terminaba, así que abrí la maleta del auto, saqué de mi valija el libro y leí el nombre del autor, solo por curiosidad. “John Bunyan”, leí en voz alta. El chico alzó la vista y dijo: -¿Cómo sabe mi nombre?-. Yo hice una mueca, pero después me di cuenta de la coincidencia: el muchacho que trabajaba en la bencinera se llamaba igual que el autor del libro “El Peregrino”.
-Yo no sé su nombre, yo solo leí el autor de este libro –le expliqué dándole el libro, el cual tomó con sus sucias pero cuidadas manos. Abrió los ojos como platos, volteó las hojas hasta la última página, donde se encontraba la biografía del autor. –John Bunyan… pero éste no soy yo –dijo apuntando a la foto, a lo que estuve de acuerdo. No se parecían en nada.
-Bueno… ¿hacia dónde quiere viajar, señorita? –me preguntó.
-La verdad es que no lo sé, solo quería viajar por el mundo, a pasear, conocer nuevas cosas… –le contesté como si fuera lo más normal del mundo, luego él se rió, haciendo una mueca.
-¿Sabe? Hoy es mi último día de trabajo, y quedaré cesante porque el contrato de trabajo en esta bencinera era solo hasta hoy, y mi jefe no me quiere volver a contratar. Tal vez si usted quiere, yo la puedo acompañar en su “paseo por el mundo”; solo si quiere –dijo lentamente y haciendo pausas entremedio.
-Genial, así no me sentiré tan sola… me parece bien, pero necesitaré dónde alojar esta noche… ¿tiene algún lugarcito en donde pueda dormir? –le pregunté educadamente, intentando no causar molestias. El muchacho asintió con la cabeza y luego desapareció en una oficina a un costado del baño.
Un rato después, me llamó para que entrara a la oficina y vi que había un colchón tirado en el piso, con un cojín encima y un saco de dormir estirado sobre un sofá que estaba justo a su lado. John me explicó que yo dormiría en el sofá, y él en el colchón. Esa noche dormí como tronco, ya que estaba muy cansada. Soñé que me casaba con alguien que no reconocí, pero deduje que sería con él, porque en una libreta decía que nuestro primer hijo se llamaría “Carlos Alfredo Bunyan Vázquez”
Octubre 15 Querido diario:
Hace tiempo que no te escribo, y aún no había terminado de contarte la historia... A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para emprender el inicio de nuestro viaje, pero yo sentía que ya lo había finalizado; pues yo partí en busca del hombre perfecto, y ya lo había encontrado, sin siquiera salir del planeta Tierra.
Diciembre 25 Querido diario:
¡No te imaginas qué me regaló John para navidad! Fue un anillo muy bonito, era de plástico; pero lo que importa es el significado... ¡Me pidió ser su novia! No lo vas a creer, pero lo que yo le regalé fue mucho más simple, aunque suelo ser muy exajerada en estas cosas... Bueno, lo imprtante es que encontré al amor de mi vida y... la mayor de mis aventuras recién comienza, con una larga y hermosa vida junto a el hombre perfecto para mí...
Me pasó una vez, pero jamás volverá a ocurrir. Sinceramente, estoy cansada de los hombres de este mundo: arrogantes, mentirosos, que aparentan ser lo que no son. Por eso decidí comenzar mi travesía por la vía láctea para buscar al hombre indicado, alguien que no sea como todos los demás. Si los que viven en la Tierra no me saben valorar, debe haber por lo menos otro planeta donde haya alguien especial, perfecto para mí.
Todo comenzó cuando lo vi en el parque. Tenía un hermoso cabello castaño, rizado hasta la nuca; unos ojos sinceros, con una mirada penetrante, pero a la vez dulce y tierna. Tenía la nariz respingada y la tez morena; me tenía completamente loca. El punto es que su físico me tenía totalmente enamorada, congelada hasta los huesos; hasta que me habló.
-Hola –me dijo en un tono coqueto. Solté una risita tontamente nerviosa, lo cual no debí haber hecho, ya que no éramos los únicos presentes y había mucha gente en el pasto, sentada, pero con sus miradas viéndonos fijamente. –Hola… -respondí tímidamente al chico que acababa de conocer y ya me tenía a sus pies. Pero mi embobada sonrisa se borró de mi rostro en cuanto me dijo: -Estás en mi camino, córrete.- Empujándome levemente, pasó a mi lado y siguió su camino. Sus duras palabras me dejaron atónita, sorprendida por su bipolaridad. Primero parecía el chico perfecto, pero es muy difícil descubrir si lo es en verdad; sin embargo, con él fue fácil averiguarlo. No lo era.
Ahora vivo en plena soledad, en un departamento que pronto venderé para emprender mi viaje. En mis 24 años de vida, el día en el cual más aprendí fue en el cual lo conocí, y aunque no me fue fácil olvidarlo, hoy ya lo he conseguido.
Septiembre 29 Querido diario:
Así que entré en mi habitación y me subí a una silla que estaba al lado del ventanal, extendí mi brazo hacia arriba e introduje mi mano entre los recuerdos llenos de polvo que se encontraban en la parte superior de mi armario. Saqué de ahí una maleta que, a pesar de los años que llevaba ahí, se encontraba en perfecto estado, claro que, igual que todo lo demás que se encontraba allí, estaba cubierta de polvo. Bajé cuidadosamente de la silla con la maleta en la mano, y luego la puse sobre mi cama. La abrí y para mi sorpresa, había en ella un libro que parecía bastante antiguo. Se titulaba “El Peregrino”. Empecé a ojear las primeras páginas y llegué a la conclusión de que había sido de mi padre, al igual que la maleta donde el libro se encontraba.
Al leer el nombre del autor, vino a mi cabeza un leve recuerdo. Ya había oído ese nombre antes, estaba segura. De todas formas, no le di importancia y volví a guardar el libro donde estaba. Saqué todas mis cosas del armario y las coloqué rápidamente en la valija, hasta que mi habitación quedó casi totalmente vacía; solo estaba mi cama, las cortinas del ventanal y el armario, sin nada dentro. Entonces cerré forzadamente el gran bolso, lo tomé y salí de mi cuarto. Entré a la cocina, donde ya no quedaba ni siquiera un plato que fuera mío, ya que me había dedicado el día anterior a ordenar y sacar todas mis cosas de ahí. Saqué la última fruta que quedaba, y me la comí.
Luego recogí nuevamente mi vieja maleta, la cual había dejado tirada en el pasillo. Salí de mi departamento, bajé en el ascensor y me despedí del conserje, que muy amablemente todos los días me saludaba. Él siempre me había recordado a mi padre, ya que tenían una edad bastante parecida y la misma sonrisa. Le llamó la atención lo cargada que estaba, así que me preguntó:
-¿Adónde va con esa enorme maleta, señorita Vázquez? ¿Se va a mudar a una casa más grande? –dijo en un tono amable, como siempre. –No me cambiaré de casa, señor López, sino de planeta-, le dije, a lo que se quedó mudo y muy sorprendido. No pude hacer más que suspirar e irme, bastante triste. Iba a extrañarlo mucho, pero ya no había vuelta atrás. Mi departamento iba a ser vendido en una semana más. Volví a suspirar, parándome frente a la entrada del estacionamiento, donde se encontraban alrededor de cuarenta autos, entre ellos el mío: azul, pequeño, bajo, pero perfecto para mí, ya que yo no necesitaba llevar a nadie más que a mí misma en él. Coloqué mis cosas en el asiento de copiloto y luego me senté en el vehículo.
Arranqué el motor y, sin despedirme de nadie, salí del estacionamiento, luego de la ciudad, hasta que, luego de varias horas manejando, también dejé el país. Era primera vez que viajaba a algún lugar que no fuera dentro de Chile, mi lugar natal, así que supongo que las mariposas que sentía en mi estómago no estaban fuera de lo normal. De repente sentí unas urgentes ganas de ir al baño, así que paré en una bencinera para así también aprovechar de cargar algo de bencina para lo que quedaba del viaje. Bajé del automóvil y saqué algo de dinero para pagarlo, mientras un muchacho se acercaba para atenderme.
-Hola, ¿cuánto quiere recargar? –me preguntó. –Veamos… Tengo quince mil pesos –le contesté. Él procedió a hacer su trabajo, en cuanto yo me dirigí hacia un baño que había cerca de allí. Al volver, el chico aún no terminaba, así que abrí la maleta del auto, saqué de mi valija el libro y leí el nombre del autor, solo por curiosidad. “John Bunyan”, leí en voz alta. El chico alzó la vista y dijo: -¿Cómo sabe mi nombre?-. Yo hice una mueca, pero después me di cuenta de la coincidencia: el muchacho que trabajaba en la bencinera se llamaba igual que el autor del libro “El Peregrino”.
-Yo no sé su nombre, yo solo leí el autor de este libro –le expliqué dándole el libro, el cual tomó con sus sucias pero cuidadas manos. Abrió los ojos como platos, volteó las hojas hasta la última página, donde se encontraba la biografía del autor. –John Bunyan… pero éste no soy yo –dijo apuntando a la foto, a lo que estuve de acuerdo. No se parecían en nada.
-Bueno… ¿hacia dónde quiere viajar, señorita? –me preguntó.
-La verdad es que no lo sé, solo quería viajar por el mundo, a pasear, conocer nuevas cosas… –le contesté como si fuera lo más normal del mundo, luego él se rió, haciendo una mueca.
-¿Sabe? Hoy es mi último día de trabajo, y quedaré cesante porque el contrato de trabajo en esta bencinera era solo hasta hoy, y mi jefe no me quiere volver a contratar. Tal vez si usted quiere, yo la puedo acompañar en su “paseo por el mundo”; solo si quiere –dijo lentamente y haciendo pausas entremedio.
-Genial, así no me sentiré tan sola… me parece bien, pero necesitaré dónde alojar esta noche… ¿tiene algún lugarcito en donde pueda dormir? –le pregunté educadamente, intentando no causar molestias. El muchacho asintió con la cabeza y luego desapareció en una oficina a un costado del baño.
Un rato después, me llamó para que entrara a la oficina y vi que había un colchón tirado en el piso, con un cojín encima y un saco de dormir estirado sobre un sofá que estaba justo a su lado. John me explicó que yo dormiría en el sofá, y él en el colchón. Esa noche dormí como tronco, ya que estaba muy cansada. Soñé que me casaba con alguien que no reconocí, pero deduje que sería con él, porque en una libreta decía que nuestro primer hijo se llamaría “Carlos Alfredo Bunyan Vázquez”
Octubre 15 Querido diario:
Hace tiempo que no te escribo, y aún no había terminado de contarte la historia... A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para emprender el inicio de nuestro viaje, pero yo sentía que ya lo había finalizado; pues yo partí en busca del hombre perfecto, y ya lo había encontrado, sin siquiera salir del planeta Tierra.
Diciembre 25 Querido diario:
¡No te imaginas qué me regaló John para navidad! Fue un anillo muy bonito, era de plástico; pero lo que importa es el significado... ¡Me pidió ser su novia! No lo vas a creer, pero lo que yo le regalé fue mucho más simple, aunque suelo ser muy exajerada en estas cosas... Bueno, lo imprtante es que encontré al amor de mi vida y... la mayor de mis aventuras recién comienza, con una larga y hermosa vida junto a el hombre perfecto para mí...
Marti1913- Mensajes : 49
Reputación : 1
Fecha de inscripción : 23/07/2012
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Vie Mar 13, 2015 11:55 am por Sofi_Belieber
» ♥ ♪♫ Somos normales.....o eso es lo que parece ♥ ♪♫ (niall horan y tu)
Lun Feb 23, 2015 8:20 am por Sam_Payne1D5H
» Maybe it's too late
Mar Feb 03, 2015 7:13 pm por ZoeBett
» Capitulo 4
Dom Feb 01, 2015 12:03 am por ZoeBett
» PROTOCOLO.
Lun Dic 29, 2014 5:12 am por Joana Sabbagh
» New girl on the road
Lun Dic 29, 2014 5:11 am por Joana Sabbagh
» Hola, chica Nueva por aqui
Jue Dic 18, 2014 11:42 am por ZoeBett
» ¡Mucho gusto a todos/as las/os miembros del foro!
Lun Oct 06, 2014 10:16 pm por Jiyuu99
» Hola soy nueva
Vie Ago 22, 2014 10:03 pm por Shelley.